En vez de dientes, las tortugas disponen de protuberancias córneas afiladas. Con ellas pueden triturar fácilmente toda clase de comida vegetal y también desgarrar sin problemas trozos de carne. Estas protuberancias crecen de forma continuada.
A veces, las protuberancias córneas bucales forman en la punta de la boca una especie de gancho. En algunas especies, como por ejemplo la Cyclemys mouhoti, sólo se observa una prolongación de la punta de la mandíbula superior, que le sirve para trepar.
Muchas especies de tortugas terrestres presentan las protuberancias córneas en forma de cuchillo. De esta manera, los animales también pueden cortar fácilmente las fibras duras de las plantas.
Con las mandíbulas, las tortugas pueden desarrollar una fuerza considerable, por lo que los ejemplares grandes de tortugas de estanque y acuáticas pueden resultar peligrosas para el hombre en caso de mordeduras.
Al igual que las protuberancias córneas bucales, las uas de las tortugas están en un proceso de continuo crecimiento. Por ello, hay que procurarles una zona en el terrario o en la instalación al aire libre para que puedan gastarlas de forma natural.
Si la tortuga tienen las uñas demasiado largas, corre el riesgo de quedarse atrapada en una grieta y perderlas con el esfuerzo de intentar salir. En este caso, pueden originarse fuertes inflamaciones, que tienen que ser tratadas por un veterinario.