Si estás buscando un sistema de iluminación para el terrario de tu tortuga terrestre, o un buena lamparilla térmica, aquí lo puedes comprar. En esta tienda online especializada tenemos las mejores lámparas con luz ultravioleta y lamparillas térmicas para iluminar y calentar el terrario de tu mascota.
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Tipos de lámparas térmicas para terrarios
Las lamparillas con incandescencia presentan la ventaja de ser económicas; además, regulando las dimensiones y los vatios se puede obtener en el interior del terrario la temperatura deseada.
Los focos son lamparillas normales con incandescencia y con una parte tratada para bloquear parcialmente la emisión de luz, de forma que se concentra el haz de luz emitido. Son adecuados para crear un punto caliente localizado (el hot spot).
Ninguno de estos tipos de lámparas, que emiten luz, debe ser utilizado durante la noche, para no alterar el fotoperiodo.
Las lamparillas de cerámica, por el contrario, producen calor sin emitir luz. En consecuencia, son adecuadas incluso para la calefacción nocturna, al igual que las lamparillas de luz de color. Pueden resultar muy cálidas, pero distribuyen calor a una zona limitada; por tanto, no son adecuadas para calentar terrarios muy espaciosos y pueden ser excesivas para los terrarios pequeños.
Las lámparas de infrarrojos pueden crear temperaturas muy elevadas; es preferible colgarlas fuera del terrario, dirigiendo sus rayos a través de una red.
El calor en el terrario también puede proporcionarse a traves de rocas calientes, tapetes térmicos, paneles radiadores o mediante calefacción en la habitación.
Ahora que sabes los tipos de lámparas térmicas que existen, ya puedes comprar en nuestra tienda el que mejor se adapte a tus necesidades.
La iluminación del terrario
La iluminación en el interior del terrario puede conseguirse con lámparas con bombilla, focos o tubos fluorescentes. Cualquier lamparilla de incandescencia que se utilice para calentar el terrario es adecuada también para iluminarlo.
Los reptiles diurnos, cuando se exponen al sol, reciben tanto las radiaciones luminosas (visibles) como las infrarrojas. Está demostrado que en el terrario la separación de las fuentes de calor y luz provoca alteraciones de la termorregulación; por esta razón, es preferible utilizar una lámpara que sea al mismo tiempo fuente de calor y de luz, o, en cualquier caso, poner juntas ambas fuentes.
Es fundamental respetar el natural fotoperiodo del animal, es decir, la relación entre las horas de luz y las horas de oscuridad a las que está sometido un organismo a lo largo de las veinticuatro horas del día.
Por naturaleza, cada tortuga se ha adaptado a vivir según un fotoperiodo específico, que tiene influencias en su actividad y su ciclo reproductor.
Las tortugas, en ningún caso, deben tenerse en condiciones de iluminación constante, porque ello causaría un decaimiento progresivo de sus condiciones físicas (durante la hibernación, en cambio, es posible tenerlas siempre a oscuras). Por este motivo es importante procurar durante la noche una fuente de calor que no emita luz.
Las lámparas con luz ultravioleta (UV)
Las lámparas con luz ultravioleta son indispensables para el bienestar físico y psíquico de las tortugas que se crían en terrario. La luz ultravioleta que nos interesa se divide en dos bandas según la longitud de onda: UVA y UVB.
Las tortugas, como muchos otros reptiles, tienen la capacidad de ver en el espectro UVA, con lo cual perciben los colores más vivos y brillantes de como nos aparecen a nosotros. Las lámparas con emisión de rayos UVA son, sin duda, beneficiosas para las tortugas, desde el punto de vista psicológico, y estimulan la asimilación de alimentos y la actividad reproductora.
Los rayos UVB tienen una acción diferente, pero no menos importante: permiten al cutis de las tortugas sintetizar la vitamina D3, que es indispensable para permitir a su organismo asimilar el calcio.
En cautividad, las lámparas UVB deben ser utilizadas si no hay exposición a la luz del sol directa, ya que de otro modo se corre el riesgo de crear graves carencias de calcio. Para la síntesis de la vitamina D3 son suficientes pocos minutos al día de exposición a la luz directa del sol; pero si esto no es posible, habrá que utilizar una buena lámpara de UVB.
Una lámpara que emite rayos UVB debe indicar explícitamente esta característica en su caja o en su etiqueta. Si, por el contrario, sólo puede leerse «a espectro completo», es probable que la lámpara emita sólo rayos UVA y que, por tanto, no sea de ninguna utilidad para la síntesis de la vitamina D3.
Las lámparas de rayos UVB producen también rayos UVA, mientras que las lámparas de UVA no siempre producen rayos UVB. Las que emiten suficiente cantidad de UVB no son muy luminosas, por lo que se utilizan combinadas con una fuente normal de luz o una lámpara UVA.
Las bombillas UVB tienen una duración de 6-12 meses; así pues, hay que acordarse de cambiarlas con regularidad, sobre todo en el caso de animales jóvenes en fase de crecimiento. No hay que dejarse engañar por la luminosidad que emiten; de hecho, continúan dando luz aun cuando la emisión de rayos ultravioleta ya se ha terminado. Lo importante es que no estén escudadas, es decir, que entre la lámpara y la tortuga no haya ningún material (por ejemplo, vidrio o metacrilato) porque, si lo hay, los rayos ultravioleta se interrumpen y las lámparas resultan inútiles.
Deben estar situadas a poca distancia del reptil (un máximo de 45 cm; mejor, entre 25-30 cm), porque cuanto mayor sea la distancia menor será la cantidad de radiaciones ultravioleta que actuarán sobre el animal.
Las lámparas UVA y UVB de fabricación moderna pueden quedarse encendidas durante el fotoperíodo (12-14 horas), pero por la noche deben estar apagadas. Por último, recordemos que los tubos de neón de los acuarios, las lamparillas de tungsteno (con incandescencia) y las de neodimio no emiten rayos UVA ni UVB.
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