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Todo Tortugas

Cómo comprar una tortuga terrestre

Las tortugas pueden ser adquiridas en tiendas de animales, casas de criadores aficionados y, a veces, en exposiciones de reptiles.

Siempre es aconsejable dirigirse a personas que tengan buena fama y que den garantías de fiabilidad. El vendedor debe demostrar conocer muy bien la especie y sus exigencias, además de tener todos los documentos necesarios en regla.

Antes de proceder a la compra, es necesario observar cómo se mantienen en el establecimiento los animales; suciedad, superpoblación, condiciones ambientales inadecuadas y alimentación inapropiada son factores a tener en cuenta antes de decidirse a efectuar la compra.

No debemos comprar tortugas en tiendas donde se muestren en condiciones inadecuadas

¿Capturada o criada en cautividad?

Desgraciadamente, no siempre es posible conocer el origen de los animales que están a la venta en las tiendas, ni siquiera con el documento CITES, en el que no viene siempre claramente indicado el país de origen.

Todas las especies de tortugas terrestres en estado natural están en peligro de extinción, ya sea a causa de la destrucción de su hábitat natural, o por el comercio indiscriminado. Y, puesto que un auténtico apasionado debe comportarse de modo responsable y no favorecer la desaparición de estos espléndidos animales de la naturaleza, hay que recurrir siempre a la compra de individuos nacidos en cautividad.

Otro motivo válido para no comprar animales capturados es de carácter sanitario. Estos ejemplares, además de tener muchos parásitos internos, suelen estar débiles y deshidratados porque el traslado desde el lugar de la captura hasta el de venta es largo y suele llevarse a cabo en condiciones realmente desastrosas. Estos  ejemplares sufren mucho estrés y sucumben con facilidad a infecciones secundarias y, por ello, su adaptación a las condiciones de la cautividad puede resultar  larga y difícil. En cambio, las tortugas nacidas y crecidas en cautividad por lo general se adaptan sin problemas, son más fuertes y se reproducen con mayor facilidad. 

Otro motivo válido para no comprar animales capturados es de carácter sanitario. Estos ejemplares, además de tener muchos parásitos internos, suelen estar débiles y deshidratados porque el traslado desde el lugar de la captura hasta el de venta es largo y suele llevarse a cabo en condiciones realmente desastrosas. Estos  ejemplares sufren mucho estrés y sucumben con facilidad a infecciones secundarias y, por ello, su adaptación a las condiciones de la cautividad puede resultar  larga y difícil. En cambio, las tortugas nacidas y crecidas en cautividad por lo general se adaptan sin problemas, son más fuertes y se reproducen con mayor facilidad. 

¿De qué edad debe ser la tortuga adquirida?

Los ejemplares jóvenes cuestan menos que los individuos de más edad, aunque también son más delicados en el primer periodo de su vida.

Los criadores inexpertos, por tanto, deberían orientar su elección hacia ejemplares que tengan un mínimo de seis o doce meses, que ya hayan superado la fase más crítica de su crecimiento.

Por otra parte, es cierto que las tortugas más jóvenes han nacido supuestamente en cautividad, y por tanto son preferibles antes que los individuos capturados. 

¿Cuántos ejemplares adquirir?

Es recomendable que quien no tenga mucha experiencia en la cría de tortugas se limite inicialmente a uno o dos animales.

Sucede lo mismo con quien ya ha criado ejemplares de una especie pero desea adquirir individuos de otra que no conoce: es mejor conformarse en principio con un par de animales

El número de ejemplares depende también de la disponibilidad de espacio, tiempo y dinero. Es preferible limitarse al número de ejemplares de los que sea posible ocuparse, y no acumular animales a los que no se les puede prestar la atención necesaria. 

En cuanto al número de individuos de la misma especie que se puede tener en el recinto, es necesario aclarar que las tortugas no son animales sociales y no tienen ninguna necesidad de disfrutar de la presencia de sus  semejantes, con excepción de la época de apareamiento. 

En el caso de Testudo graeca y de T. hermanni adultas, para evitar problemas de salud que pudieran ser graves, es necesario respetar una correcta relación entre el  número de machos y el de hembras: 1:3 o 1:5, es decir, de tres a cinco hembras por cada macho. 

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